Congregación Concepcionista en San Lorenzo de El Escorial
Corría el año 1894 y la Congregación Concepcionista tiene apenas dos años de existencia. Tras su nacimiento en la ciudad de Burgos, es otra ciudad castellana, Segovia, el siguiente paso en el proceso fundacional de M. Carmen Sallés. La fundadora tiene lógicamente la mirada puesta en la capital del Reino. Sin embargo no será la villa y corte la sede del nuevo colegio, sino un pueblo de la provincia, nada menos que un Real Sitio: San Lorenzo de El Escorial. Los motivos parecen ser varios, no hay colegios en la localidad, tan sólo una escuela de párvulos que habían abierto los protestantes y M. Carmen quiere contrarrestar esta influencia y ofrecer una educación integral y católica.
1894-1896
Los primeros pasos
Los recursos económicos de M. Carmen son pocos y busca ayuda y autorización para llevar a cabo la obra. Se encuentra, nada menos, que con el patrocinio de una Infanta de España, Dª Isabel de Borbón, hija de Isabel II, hermana de Alfonso XII y tía de Alfonso XIII. Ha tenido ocasión de conocerla con motivo de la fundación segoviana, pues la Infanta pasa parte del verano en el Palacio de la Granja de San Ildefonso. La Infanta promete su apoyo, se pone en contacto con varios prelados y se encarga de costear el alquiler de una casa en El Escorial. La primera sede concepcionista estará a mitad de camino entre El Escorial de arriba y el de abajo, junto a la carretera de la Estación, en un edificio propiedad de la familia Alcover. Esta sede va a ser transitoria. Con el apoyo del Alcalde D. Nicolás Serrano y la colaboración del Ayuntamiento que preside, se crea una escuela subvencionada para párvulos y se traslada todo el alumnado al número 4 de la calle del Rey, en San Lorenzo. El espacio es insuficiente y finalmente la ubicación definitiva del Colegio se logrará con la compra de unos terrenos y un chalet propiedad de D. Juan de Sarriá, unas 600 ha, parte de una antigua finca del Conde de Montarco, en la calle Juan de Toledo (carretera de Guadarrama). El 15 de Octubre de 1896, cuarto aniversario de la fundación de la Congregación, se firman las escrituras y se inician las obras. Va a ser el primer edificio construido en la Congregación.

1934
Un milagro como parte de la memoria
San Lorenzo de el Escorial se convertirá en un lugar de sanación para novicias y profesas. El aire puro de la Sierra resultará aliviador y reconfortante para las que acuden a este increíble lugar. Así sucede el 12 de febrero de 1934, después que el Sr. Enciso, viendo que nada puede hacerse para aliviar la dolencia de la Hna. Amelia Román, aconseja a las Madres que envíen a esta casa a la religiosa desahuciada.
Llega la hermana aquejada de una espondilitis tuberculosa, diagnosticada como absolutamente incurable. No puede doblarse, ni agacharse con las piernas juntas, difícilmente lo consigue separándolas…
Sabe que, según el Dr. Cardenal, le pueden quedar dos o tres meses de vida. Ruega a la comunidad que hagan todas con ella la novena implorando su curación, por mediación de la M. Fundadora. No pide la curación para sí, sino para que brille la santidad de M. Carmen. Después, si Dios lo quiere, que le envíe lo que sea…
La empezaron el 14 de abril. A partir del cuarto día, hubo de quedarse en la cama, tales eran sus dolores. Pudo, no obstante, levantarse el último día y bajar a la capilla de 15:15 h a 16:00 h de la tarde.
Era el 22 de abril. Al acabar la última oración siente la Hermana Amelia una especie de mano suave sobre su espalda: se endereza, se inclina, se pone en pie… y se enfrenta a la incredulidad de la Comunidad. Temen que la ilusión la haya sugestionado: la hacen correr, saltar… M. Gloria se sienta al piano y le acompaña para que baile unas jotas, tal vez algún rondón. No le fue difícil bailar a la Hermana que, en adelante, trabajaría en la huerta, cavando la tierra. Según los médicos le habían nacido huesos nuevos y tiernos como los de un niño.
Respetando el parecer de la Iglesia, cabe pensar que es un milagro. Muy propio de M. Carmen: se manifestó con mayor amor en la casa que, un día, le proporcionó mayor dolor.
M. Amelia tenía, cuando esto ocurrió, 36 años, y murió en 1978, a los 80 años de edad, en San Lorenzo de El Escorial, lugar de su curación.

1936-1939
La llegada de la guerra civil
En 1936, España, vive tiempos difíciles. En febrero se celebran las elecciones que darán paso al Frente Popular, es decir, a la coalición de Socialistas y Comunistas. Dos o tres días después, la M. General envía desde Madrid a personas amigas para que, en diversos coches, recojan a las novicias, como si se tratara de colegialas que marchan a sus casas.
Y a sus casas parten desde Madrid. En ellas recibirán carta de M. Piedad indicando pueden reingresar de nuevo si quieren mantener la continuidad del noviciado, aunque, dadas las circunstancias, no podían aconsejarlas que lo hicieran.
Regresó la mayoría. Algunas quedaron, retenidas por la prudencia de los padres. Iniciada la guerra el 18 de julio, religiosas y novicias tuvieron que abandonar la casa. Los primeros días, acogidas en el mismo Escorial, por algunas familias. Después, cuando se vio que el drama nacional no sería tan breve como al principio se pensaba, pasaron a Madrid, donde se distribuyeron en pisos alquilados, o fueron colocándose en casas particulares.
Nuestra Casa fue ocupada por el ejército republicano primero y más tarde por el ejército nacional.
Cuando la casa fue recuperada, después de las gestiones pertinentes, fue M. Piedad Espinal, Superiora general, para conocer cuál era su estado… que no podía ser más lamentable: habían desaparecido puertas y ventanas, la madera de los suelos había sido arrancada para hacer fuego ante la escasez de combustible, la cocina y cuartos de baño aparecían destruidos.
1940-1946
Iniciando la reconstrucción. Haciendo vida el "Adelante, siempre adelante, Dios proveerá”
En 1940 empezó la reconstrucción, con las dificultades, propias de la postguerra, para conseguir material. Se le encargó a M. Magdalena Baztán, que venía desde Madrid, comprobar su marcha. Esta era tan lenta, que para mejor vigilancia, se habilitó lo más indispensable para residencia; y el 8 de octubre de 1941 se instalaba de nuevo una comunidad concepcionista. La integraban: M. Consolación Delgrás, Sor Gloria Baeza, Hna. Amelia Román, Hna. Margarita Mendive. Aún con ellas, faltaba una presencia indispensable en una casa concepcionista… por ello, las cuatro limpiaron, fregaron, acondicionaron… y el 24 del mismo mes, el Sr. Párroco celebraba la primera Misa a la que asistieron, con profunda emoción, la M. General, varias religiosas y los jornaleros que trabajaban en la obra.
Al año siguiente, octubre de 1942, se inician de nuevo las clases. Puesto que el Noviciado quedaba ahora en Marcilla, se tomaron de nuevo internas, este primer curso diez internas y 55 externas, que irían aumentando en años sucesivos.
Durante los veranos, un grupo de internas del colegio de Madrid-Princesa y señoras de pensión, ayudaban un poco al penoso desenvolvimiento económico de esos años. En el verano de 1943 fueron las jóvenes de Acción Católica, con la entonces Presidenta, Mercedes Cánovas del Castillo, y varios sacerdotes, los que buscaban rehacerse espiritualmente de las dificultades vividas. También se reanudaba la tradición de recibir a religiosas de salud delicada. Aquí murió, por entonces, M. Montserrat de Esteban, una de nuestras primeras Madres.
El inicio del curso 1943-44 trajo consigo una celebración señalada en nuestra historia: las Bodas de Oro de la Congregación. Escasos eran los medios en este colegio que se encontraba en el 2º año de su funcionamiento, pero la generosa e incondicional colaboración de los PP. Agustinos, puso a nuestra disposición el marco espléndido del Monasterio para dicha celebración.
En la Basílica se celebró un solemne triduo preparatorio en los días 2, 3 y 4 de diciembre, oficiando el Capellán del Colegio, P. Aniceto Calvo, estando la predicación a cargo de los PP. Silverio torres, Graciano Zumel y José Mª López Riocerezo. La celebración Oficial del aniversario, presidida por M. Piedad Espinal, Superiora general, y acompañadas de varias religiosas y superioras de las casas más cercanas, se fijó para ese día 5.
La Misa fue oficiada por el Prior del Monasterio, mientras la Escolanía escurialense ejecutaba la parte musical. Se concluyó con el Te Deum y finalizado éste, el himno del Cincuentenario. Reservado, para la tarde, un acto literario con la asistencia de Autoridades Eclesiásticas y Civiles y gran número de exalumnos y exalumnas, en el Paraninfo del Real colegio de Alfonso XII.
La crónica de la casa recoge dos recuerdos entrañables en el curso 1945-46: el telegrama con el que M. Piedad Espinal, desde Pamplona, notificaba la aprobación definitiva de las Constituciones; y la apertura de una gran esperanza: la iniciación del Proceso diocesano para la beatificación de nuestra M. Fundadora, el día 1 de abril, en Madrid. Proceso que se prolongaría hasta 1998 y su posterior canonización en 2012.
En este curso, se bendice la Capilla, de alguna manera "provisional"… En el patio quedaba –como esqueleto gigante- el armazón de la amplia iglesia que se empezara a construir en 1935. La guerra interrumpió los trabajos y desaparecieron los materiales. Aún debían pasar años, antes de que llegase el momento de su terminación.
1954-1970
Año mariano y aprobaciones para impartir enseñanza
En 1954, una conmemoración afecta profundamente a nuestro ser de concepcionistas: con motivo del primer centenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de María, S.S. Pío XII proclama un Año Mariano para toda la Iglesia. Los recuerdos de esta casa se refieren a la especial vivencia de las dos Novenas de la Inmaculada: la de la Apertura y Clausura del Año; los concurridos Rosarios de la aurora por las calles cubiertas de nieve, sin que las frías mañanas escurialenses asustaran a quienes querían honrar a nuestra Madre… Las visitas al Santuario de Nuestra Señora de Gracia… La Hora Santa de todos los sábados del año… y la carroza de la Inmaculada, el 30 de mayo, con que el colegio participó en la procesión de las Hijas de María de la Parroquia.
La vida del Colegio, en estos años, sigue un ritmo devocional acorde con la época: Asociación de Hijas de María, Acción Católica, Ropero para los pobres, imposición de los Escapularios del Carmen y de la Inmaculada… Y en el orden académico, las dificultades propias de tener las alumnas con matrícula libre en el Instituto, generalmente siempre con buenos resultados.
En 1958, el 4 de mayo, nos llega del Ministerio, el reconocimiento definitivo de la Enseñanza Primaria, ya se gozaba de la Provisional, desde 1951. Poco después, terminaríamos con la preocupación de los exámenes libres en Centros Oficiales; en 1963 teníamos la autorización oficial para el Grado Elemental, y en 1970 para el Superior.

1962-1980
Se convierte en casa de formación
Uno de los cambios más señalados, para esta casa, se produce en 1962 y 1963. “El Torreón” de Segovia que albergaba nuestra casa de Formación, se encontraba en muy mal estado de conservación; además, uno de los dueños, urgía a las Madres para que le comprasen la 6ª parte de su propiedad. En estas circunstancias, la Rvda. M. Regina Arias, entonces Superiora general, consideró con su consejo la conveniencia de construir un pabellón en nuestra huerta, que permitiera el traslado de la Casa de Formación.
Así se hizo, levantando un sólido edificio de tres cuerpos: uno de cinco plantas y dos de cuatro. Tenía su fachada principal en la calle de Cañada Nueva y se unía al colegio por la galería que daba acceso a la capilla grande, aquella que quedara interrumpida en 1935 y que ahora, al fin, se convertía en realidad.
El día 29 de septiembre de 1962 era abandonado el Torreón segoviano. En espera de que terminaran las obras, las recién llegadas se instalaron en unos pisos alquilados junto al colegio, en Juan de Toledo, 20. Por fin, día 21 de septiembre del año siguiente, 1963 se trasladaron las jóvenes religiosas a las nuevas instalaciones. En octubre, con diferencia de pocos días, llegaban las Aspirantes y Junioras.
La nueva Casa de Formación era ya una realidad. El 3 de noviembre, la M. General, su consejo, la M. Provincial de Castilla y un buen número de superioras, asistían a la inauguración.
En los años que siguen, funcionan en San Lorenzo dos comunidades: la del Colegio y la de la Casa de formación. Una serie de acontecimientos contribuyen a hacerles experimentar la universalidad de la Congregación: en 1968, no sólo España está presente en el Juniorado y la Tercera probación; en ambos están representados América y Japón.
Además, las nuevas instalaciones permiten celebrar Capítulos y reuniones: el Capítulo general de 1964, el Especial de 1968 y los dos Capítulos provinciales, simultáneos, en Castilla y Navarra, en 1973.
En 1975, M. Catalina Ruiz Elvira, como Superiora general, y de acuerdo con las dos Superioras provinciales, convoca aquí un encuentro de reflexión sobre nuestra Pastoral vocacional. Con estas Madres asisten varios miembros de sus Consejos, las superioras de todas las casas de España, algunas religiosas de sus comunidades. La reunión marca una nueva etapa en los planteamientos de la Pastoral vocacional, en los momentos en que la escasez de vocaciones es preocupante.
Disminuyen las vocaciones y aumenta el alumnado. La consecuencia es que la Casa de Formación cede sus instalaciones al colegio. En éste, su ya envejecido pabellón, necesita solución urgente que no tardará en llegar. Y de nuevo, se fusionan en una, las dos Comunidades.
Entre tanto, el colegio ha ido evolucionando al compás de los tiempos. A causa de la nueva Ley de enseñanza, se procede otra vez a su clasificación oficial. En 1975 llega la homologación provisional para el BUP (Bachillerato Unificado Polivalente). Esta clasificación se hace definitiva en 1978 y se extiende a COU (Curso de Orientación Universitaria), en 1981.
Las antiguas Hijas de María, se han transformado en “Montañeras de Santa María”. Nace en este colegio una actividad semejante para los más pequeños: “los Pardillos”. Y, tras algunos intentos, no acaban de cuajar los Movimientos de Jóvenes sin Fronteras y Mundo Nuevo, de carácter misional.
A lo largo de los años 70 se ha ido intensificando la actividad colaboradora de la APA (Asociación de Padres de Alumnos). Mientras el colegio, en todos sus niveles, se ha ido transformando en mixto, acogiendo a chicos y chicas de todos los pueblos de la Sierra.
Las religiosas, por su parte, colaboran con los centros estatales de la localidad, impartiendo clases de educación en la fe, recientemente intensificadas a petición de la jerarquía.
En 1979, siendo Superiora general M. Natividad Osúa y Superiora provincial M. Begoña Crespo, el viejo pabellón del colegio, construido bajo las orientaciones de nuestra M. Fundadora y reconstruido después de la guerra, era derribado. En su lugar se alza un bonito pabellón dedicado, en sus primeras plantas, a Preescolar y primera etapa de Enseñanza General Básica. Las otras dos, ocupadas por habitaciones de la Comunidad.
La inauguración tenía lugar el 3 de mayo de 1980. Asistieron las Madres General y Provincial con sus Consejos, religiosas de Madrid y Segovia… Y ¿cómo no? Seguro que desde el cielo asistía también M. Carmen Sallés, sonriendo y bendiciendo el fruto de aquella semilla que un día ella sembró y que los esfuerzos de tantas concepcionistas, han hecho crecer y fructificar.
Actualidad
Educación para el S.XXI
En la actualidad el Colegio se mantiene a la vanguardia de los centros educativos de la zona, con una educación integral y preventiva propia de las escuelas concepcionistas. Abierta a las novedades pedagógicas urgentes, pero manteniendo los principios de calidad educativa que siempre le han definido.
Sigue con su característica de dar amplitud a la formación de religiosas y laicos, preparando a los jóvenes para su inserción en el mundo. Capacitándolos para que sean más libres, más humanos y mejores cristianos.
